En otro foro he tenido un apasionante discusión, sobre si el líder nace o se hace, aquí o expongo mi contestación a ese debate:
Muy interesante todo lo que exponéis. Mi punto de vista coincide con vosotros en algunas puntos y diverge en otros. Primero habría que distinguir entre autoridad de prestigio y autoridad de función. Si preferís podemos utilizar los términos clásicos: Autoritas versus Potestas. La Potestas, decían los griegos, es el poder que se te concede para un cometido concreto. Emana de un poder superior.
Cuando te hacen jefe en una organización de tipo empresarial, por poner un ejemplo, te envisten de ese poder. Fines y medios a tu disposición y personas para la delegación de atribuciones. Respondes ante alguien superior a ti en el escalafón jerárquico. Sobre tus subordinados tienes un poder que puedes y debes ejercer (premio y sanción), para que ellos a su vez alcancen los objetivos que les has impuesto.
Con potestas obviamente no se nace. Aunque nazcas príncipe o Rey no ejerces. Siempre hay un regente hasta tu mayoría de edad. Es decir hasta que se piensa que tienes uso de razón.
La Autoritas es más compleja. No tiene poder -aunque pueden coincidir ambas en el mismo individuo-. No tiene capacidad de sanción ni de premio. La autoritas te la conceden los demás libremente en función de 2 parámetros previos: que tengan una necesidad previa -sentida o real-. Y que crean que tú eres la persona indicada para cubrirles esa necesidad -ésta también sentida o real-. Por lo tanto la oportunidad es esencial en la autoritas.
Este sería el llamado líder, el portador de la autoritas. Repito, podemos encontrarnos jefes, (directivos, padres, Obispos, Generales, ...etc.) formales, que además son Autoritas. Dad gracias a Dios cuando eso ocurra. Se cumple el aforismo popular: “¿Quién te enriqueció? !Quién te dirigió!”. Pero también nos encontraremos gentes, que sin ostentar poder sobre nosotros, les sequiremos en los temas que creemos que son referente, “autoridad”. “Pues fulanito es una autoridad en tal materia”
Creo que un recién nacido (tres kilos y medio de carne y alma) no ostenta las cualidades mínimas para ser una autoridad en ningún ámbito. Será la socialización en sus diferentes etapas la que irá conformando -junto con un temperamento base- un “ser” con una personalidad más o menos conformada o cristalizada; que ya pueda estar en disposición de tener poder o de ser una autoridad para “quien”, en un ámbito “a”. Es verdad, que llegado a este punto, se puede decir que el temperamento base (no mutable del edificio de la personalidad) predispone en pequeña parte, más para dejar fuera, que para signar al futuro posible líder.
Resumiendo mi tesis: el Líder se hace. Requiere de una oportunidad, más que de unas cualidades específicas y universales. Debe aceptar el reto de ser líder, es decir, de servir a aquellos que le siguen y ven en él al que puede cubrir sus necesidades.
Si bien es verdad, que la persona requiere de unas cualidades mínimas para llegar a ser líder. Quizá una inteligencia mínima y una generosidad manifiesta. Pero no creo en los listados de características propias del líder. Listados interminables que solo configuran al súper hombre. Y ése nunca está entre nosotros. No existe.
7 comentarios:
Bajo mi humilde opinión, me gustaría añadir al debate, sobre como una persona llega a la categoría de líder, otra
tercera alternativa: El lider, "lo hacen".
Si tendría cabida dicha afirmación, o vendría dada, dentro del paradigma que bien has detallado de que el lider "se hace"
Recibe un cordial saludo
Atentamente
Luis Ignacio Martín
Don Luis, lo primero es darte las gracias por tu comentario, lo segundo es proponerte mi opinión:
Don Luis, lo primero es darte las gracias por tu comentario, lo segundo es proponerte mi opinión:
A mi entender, el líder es cualquiera que es seguido por otros en cualquier ámbito. Nace una noche de fiesta y puede desaparecer al día siguiente. También los hay que perduran en el tiempo. Eso, dependerá de las necesidades o valores que sea capaz de proponer a la sociedad -sea esta grande o pequeña- y su capacidad de dar el servicio esperado. Su grado de salubridad dependerá de su capacidad para servir o de servirse. Es decir, su intencionalidad en el uso de la autoridad, el fin que persiga...etc.
Me encanta este blog. De hecho lo acabo de descubrir. En este momento estoy estudiando una asignatura que se llama "El poder desde un punto de vista interdisciplinario", perteneciente al Doctorado de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Simón Bolívar Caracas, Venezuela y haciendo mi trabajo individual que decidí fuera sobre "la ética y el poder", me encuentro con un inmenso dilema en el caso de mi país, Venezuela en cuanto a nuestro liderazgo, su poder y la ética. Será que el poder y la ética se orientan por caminos antagónicos.
lo encuentro charcha ya que fueron los griegos los que hicieron esta división entre autoritas y potestas
Osea los romanos!
Aquí no se pone nada sobre la responsabilidad del líder... ¿qué pasa cuando, aquel que tiene en sí la auctoritas, -le queda impuesta, por tanto, ese papel, aunque no lo quiera para él- flaquea? ¿Es responsable de que los demás se sigan fiando de él incluso en sus errores?
"A mi entender, el líder es cualquiera que es seguido por otros en cualquier ámbito. Nace una noche de fiesta y puede desaparecer al día siguiente..."
Este comentario tuyo en este blog realmente me ha dado que pensar...la mayoria de nosotros siempre esta pensando en el "forever" (por siempre) y olvida esa frase "nada es absoluto todo es relativo" de Albet Einsten...creo que que a eso se refiere un lider tiene un tiempo...bajo circunsatncias que lo hacen "serlo"...asi como los cantantes de protesta...tienen su tiempo en las dictaduras...y llega la democracia y le malogra el "negocio" y desaparecen...=)
Peter-Jesus
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