Stephen R. Covey presenta sus respuestas a la crisis a 700 directivos y empresarios antiguos alumnos del IESE
23 de octubre de 2008
La palabra crisis resuena por todas partes. "Nunca en mi vida laboral había vivido algo semejante", proclaman veteranos empresarios. ¿Cuánto durará? ¿Cómo saldremos de esta? Con esfuerzo, sin duda, y no poco. ¿Qué debo hacer para que mi empresa siga adelante y afronte "huracanes" como el actual? Stephen R. Covey tiene unas cuantas respuestas y las ha presentado a 700 directivos y empresarios antiguos alumnos del IESE, que han copado hasta el último asiento del Aula Magna en Barcelona en una sesión del Programa de Continuidad.
Presentaron el acto Santiago Álvarez de Mon, profesor del IESE, y Carlos Viladrich, director de Recursos Humanos de Adecco. Esta Empresa Patrono del IESE colabora, entre otros proyectos de la escuela, con el centro de investigación IRCO, (International Research Center on Organizations), organizador de la sesión.
Sesión densa en sabiduría. Carlos Viladrich presentó el acto comentando que "necesitamos cambiar nuestras actitudes para salir de la "grave tormenta" económica actual: debemos impactar sobre el compromiso de los empleados con la empresa".
Santiago Álvarez de Mon expuso los rasgos de la sociedad europea en vertiginoso cambio por el envejecimiento, la inmigración, la extensión del conocimiento, una sociedad de negocio y ocio. "Contamos con un nivel de estrés espectacular que sigue in crescendo y nos encontramos sumidos en el escepticismo", diagnosticó.
Se requiere compromiso y esfuerzo para salir de la crisis, pero "seremos capaces en una sociedad que elude las responsabilidades y rehuye el esfuerzo y el sacrificio" Aún hay muchos entusiastas trabajadores, comenta Álvarez de Mon, pero se requieren muchos más y necesitamos saber dónde residen las fuentes de la energía humana, como la ilusión. Las fuentes, en definitiva del arte de vivir.
Para el profesor del IESE, "los líderes deben movilizar el talento y esto requiere conocer realmente la naturaleza humana y fomentar sus valores". Desde el sentido de la vida, pasando por la bondad, la verdad" constituyen raíces esenciales sobre las que podrá crecer el esfuerzo, se desarrollará el talento, y permitirá la creatividad. Constituye un notable reto para directivos, una oportunidad para el crecimiento de los empleados, un requerimiento imprescindible, en la actual coyuntura, para la supervivencia de las empresas. "Los valores no pueden disociarse del liderazgo", concluyó Álvarez de Mon.
Stephen R. Covey apostó desde un principio por potenciar al empleado ("empowerment") para que pueda atender las necesidades reales de los clientes. Los líderes deben inculcar valores y todos los conocimientos posibles para dar la máxima autonomía a los empleados.
En nuestro mundo actual "de aguas bravas", nos encontramos con rápidos cambios sociales y económicos, provocados por la conectividad universal y la globalización de los mercados. Vamos a una velocidad de vértigo, pero no sabemos dónde estamos ni adónde vamos. Las empresas se enfrentan a desafíos enormes con unas respuestas limitadas: "la brecha entre desafíos y capacidades aumenta a menos que potenciemos a los empleados".
"Muchas empresas aún se mueven por el paradigma de la era industrial, totalmente obsoleto en nuestra era del trabajador del conocimiento", afirmó. "Gandhi fundó la democracia mayor del mundo, y ¿qué control ejercía sobre la gente? Ninguno: era un poeta, un filósofo, un líder de las ideas y millones de personas le secundaron: este es el liderazgo que se requiere hoy", comenta Covey.
¿Y cuál es este nuevo paradigma del trabajador del conocimiento que propone Covey? El enfoque global de la empresa no es ya el control, sino el desarrollo de talento. En lugar de autoridad formal, funciona con autoridad moral. La cultura de la empresa no se debe centrar en el jefe, sino en desarrollar equipos, gracias a un liderazgo de servicio. Las personas no son un gasto a reducir o minimizar, sino el activo fundamental, el más rentable cuando tienen voz propia. La motivación no es ya externa sino interna ("inspirational"), propia de cada uno. Y el responsable de los resultados no es sólo el jefe, sino todos los empleados, que se "autodirigen" hacia su consecución.
Se autodirigen si han conseguido desarrollar los 7 hábitos, si han logrado ser proactivos e independientes, si tienen disciplina, de donde nace la libertad. De la disciplina nace efectivamente la libertad de amar, de aprender, de pedir perdón, de perdonar, de dirigir nuestros pasos hacia donde queremos.
Y no sólo se dirigen hacia los objetivos con interés (motivación interior) y esfuerzo, sino que, con el octavo habito, "encuentran su propia voz e inspiran a los demás para que hallen la suya", se convierten en nuevos líderes con actitud de servicio que impulsan con gran potencia la energía de la organización.
Cuatro claves dio Covey para avanzar hacia el nuevo paradigma de organización. Para construir la empresa capaz de vencer los desafíos actuales.
Los líderes deben inspirar confianza, que siempre exige humildad, pedir perdón tras los errores, escuchar mucho, hasta haber comprendido de verdad al otro. Además de inspirar confianza, se requiere clarificar el objetivo o los objetivos: "pocos y que toda la organización los tenga muy claros". En tercer lugar, alinear los sistemas hacia esos objetivos; los sistemas se pueden ajustar bien mediante la medición de resultados o respuestas ("feedback"). No hay nada que convierta más rápidamente a un cínico o a un escéptico que los resultados", indicó. Y por último, dar rienda suelta al talento: potenciar a cada persona, pues cada uno es importante para la empresa, y potenciarlo dándole voz propia, oportunidades para que encuentre una alternativa mejor de hacer las cosas, su forma de conseguir los objetivos. Logrando así que haga suya la empresa y la meta.
Covey es autor del conocido best seller "Los siete hábitos de la gente altamente eficaz", considerado por Forbes como una de las 10 obras más influyentes de la historia del Management, incluido también por Time Magazine en su clasificación de los 25 libros más influyentes. Se ha publicado en 75 países, traducido a 38 idiomas, y se han vendido más de 14 millones de ejemplares.
Otros libros suyos, algunos con otros autores, son: Primero lo primero, Liderazgo centrado en principios, Los siete principios de las familias muy efectivas, El 8º hábito, La velocidad de la confianza y Grandeza para cada día, entre otros.