1º Siendo coherente. Coherencia entre lo que digo y lo que hago. Coherencia entre mis valores y mis acciones.
2º No buscar ni directa ni indirectamente el mal de nadie, “sino llegaríamos a decir que Hitler era un tío muy confiable, ya que era muy coherente; pensaba que los judíos eran inferiores y usó contra ellos las cámaras de gas entre otras formas de exterminio”
3º No utilizar la manipulación en el trato con los demás.
4º No hacer a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti (incluso cuando somos jefes).
5º Buena educación.
6º Buscar el bien común, por encima de mi legítimo interés particular.
7º Ser competente en nuestra área (implica la formación continua).
8º Autocontrol suficiente para no dejarnos llevar por nuestro estados de animo, y elegir libremente una actitud sosegada y abierta hacia los demás y hacia los problemas.
9º Mantener la calma y el sosiego en las crisis (aunque tengas que actuar).
10º Prudencia: antes de emitir un juicio o actuar, verificar toda la información y los diferentes puntos de vista.
9º En la comunicación: ser transparentes.
10º Creer en la gente (arriesgarse a que te la peguen, aunque te parezca una ingenuidad).
11º Ser paciente (manejar sin prisas los tiempos).
12º Lealtad a la palabra dada
6 comentarios:
Hola Pablo, conocí tu blog a través de Julio Estalella y te sigo fielmente.
El tema de hoy me interesa especialmente, ya que lo que expones casa totalmente con mi forma de pensar (lo que implica que he tratado de aplicarlo en la vida real), pero si bien puedo destacar algunos buenos resultados, en general no han sido tan satisfactorios como era de esperar. ¿No consideras que lo que expones es una utopía? ¿crees que realmente esa forma de actuar beneficia?, yo particularmente he analizado casos de personas con un cierto éxito contrastado y ninguna de ellas ha practicado el "buen rollo" que promones.
Un saludo.
Muchísimas gracias por ser asiduo lector del blog. Enhorabuena por el amigo que tienes: un gran tipo.
Dicho esto Manuel, entiendo lo que dices y la frustración que genera. Es verdad, no siempre conseguimos así un buen resultado. Pero plantéate el problema más que en términos de eficacia en otros términos, por ejemplo:
-Cuando tengas veinte años más y te mires al espejo ¿que quieres ver?
-En que tipo de persona me convierto progresivamente, ¿más feliz?
¿Es más feliz el más eficaz o el que consigue siempre lo que quiere?
Y en términos de eficacia ( a la larga) ¿tu crees de verdad que alguien de quien no se puede confiar tiene más éxito?
Desde luego seguir los puntos para generar confianza, no siempre nos hace más eficaces, ¿pero lo contrario sí? ¿durante cuanto tiempo?
Un fuerte abrazo Manuel
par
Buenos días Pablo.
Esta misma mañana he conocido tu blog gracias a un post en ese micromundo cibernético llamado Facebook (creo que es lo más parecido a la vida extraterrestre para los que crean en ella...)
Bueno, el caso es que he leído ese el artículo sobre el liderazgo, y yo siempre he pensado lo mismo y además, lo he pueto en práctica casi cada uno de los puntos, pero más que nada, por mi propia forma de ser (por lo tanto no es por mérito propio). No obstante, siempre me ha surgido una duda relacionada al punto primero, a los "valores". Te pongo un ejemplo:
Yo trabaajo en una agencia de Márketing y RR.PP. Como sabes, en este mundo y sobre todo cuando empiezas, los cliente no los escoges tú, sino que te eligen ellos. Esto supone un riesgo, y es que lo mismo que puede tocar trabajar para la Conferencia Episcopal que para la Clínica Isadora (clínica abortista muy conocida por desgracia en Madrid?). ¿Qué hacer en estos casos? Quizás este ejemplo es demasiado extremista, pero muy gráfico. (Para entenderonos digamos que yo estaría más comodo trabajando para la CEE que para la clínica).
Hace tiempo, tuvimos una brainstorming para la promoción de una película española que iba a salir, sobre un asesino en serie, que antes de matar a sus víctimas (todas mujeres) hacía mil y una barbabridad. Durante la reunión, salió una idea que no recuerdo muy bien la verdad, pero tenía que ver con unos preservativos y no sé qué. Uno de mis compañeros, acaso con más agallas que yo, se levantó de la mesa, educadamente, y dijo que él no estaba de acuerdo con eso, que no podía dedicar su tiempo a pensar una acción publicitaria donde lso preservativos fueran los protagonistas. ¿Cómo hacer en esos casos?
Pedóname por el rollo, pero soy muy malo resumiendo.
Un arbazo,
Hola Pablo, enhorabuena por la entrada porque me parece muy interesante.
Para mí la confianza viene de la previsbilidad y ésta de la coherencia, y en mi caso particular la coherencia me da seguridad. La seguridad es un valor personal que cada aprecio más en mi día a día.
Un saludo
Conrado
He dado con este blog y me ha parecido interesante.
Los consejos de este post son muy buenos.
Te invito a que eches un vistazo a nuestro blog: http://empleo.universiablogs.net/
anónimo, yo, si puedo, no trabajaría en una campaña que fuera contra mis principios. Si no me queda más remedio lo comentaría para que supiesen en mi empresa lo que pienso, como hizo tu amigo e intentaría ofrecer alternativas creativas. En cuanto a los clientes algunos no merecen la pena. Intenta tener muchos y aconseja tener una linea coherente en los trabajo que se cogen. Se muy bueno profesionalmente, ten mucho prestigio y podrás influir mejor
un abrazo
Conrado que que alegría pos estos lares. Previsibilidad es la palabra. Estoy de acuerdo contigo.
un abrazo
Gracias Carol por tus comentarios, me pasaré por tu blog.
un abrazo
Publicar un comentario