La confianza es el resultado de diferentes acciones. Es fruto del comportamiento del individuo y por ende fruto de de la cultura. ¿Solemos confiar en la gente en nuestro país? ¿Confiamos en nuestros compañeros de trabajo en particular? ¿Confiamos en nuestros jefes? ¿Confiamos en nuestros subordinados? ¿Confiamos en nuestra empresa?. La confianza es uno de los aspectos claves en la vida humana.
El mismo Fukuyama (el que nos sorprendió a todos con su “el fin de la historia”) coloca la confianza como característica crítica cultural “el bienestar de una nación, así como su capacidad de compartir, se halla condicionado por una única y penetrante característica cultural: el nivel de confianza inherente a esa sociedad”
La confianza es fruto de una cultura común, de unos valores compartidos y se llega a convertir (más en nuestras sociedades) en un activo muy valioso. Desde el punto de vista de las organizaciones requiere de varios ingredientes: primero tiempo, después que exista el valor claramente definido de buscar el “bien común”, (Mire usted, sin este valor no intente más cosas). Cualquier intento sociológico de profundizar en otras características o valores, son sólo paños calientes. En occidente me atrevo a decir que la desconfianza vino de la mano de los intereses personales. “Mira por ti, que otro no lo hará”, “No te fíes ni de tu padre”. El mejor laboratorio sociológico que tenemos al alcance de todos son las reuniones de vecinos. Por favor hagamos el ejercicio intelectual de observarnos a nosotros mismos y a nuestros vecinos, a la hora de discutir por las realidades más practicas, concretas y cercanas que tenemos. ¿Se rigen las comunidades por marcos de convivencia, pactados por todos como mínimos, que pudieran regular la vida en común? ¿O por el contrario, son las reuniones fuente de conflictos con cada uno de ellos, donde cuando aprendo, me dedico a hacer, no lo que pienso que es justo, sino lo que me beneficia? No hay otro sitio donde se ponga más en práctica estrategias de negociación, que buscan el propio beneficio a costa de otro. Si alguien apoya tu propuesta, es para que tú le apoyes luego. La negociación se convierte en una herramienta para ordenar la selva y que el más fuerte no se imponga siempre al más débil.
Las reuniones de dirección general ¿No son parecidas?, ¿No estamos más pendientes de sacar el mejor partido para nuestro departamento, que de conseguir los fines de nuestra empresa?, ¿No se antepone la defensa de mis intereses, sobre lo sensato y común?.
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