El líder ético, sabe que en la motivación tiene su principal arma. Por ello monta su “estrategia” sobre la base de la escucha y la participación. Sabe que las motivaciones no se imponen, por el contrario se descubren, y para ello debe tener una cercanía con sus colaboradores que no tiene el jefe “a palo seco”. En último término sabe, que para motivar el cambio, debe conocer perfectamente cuál es la visión que sus seguidores tienen de la realidad y a partir de ahí debe producirse el cambio, dando sentido a las tareas, a las actividades de cada seguidor, llevando todas las acciones a la consecución de los valores de la meta propuesta. El líder ético (sino es ético no es líder, será otra cosa) sabe que la manipulación es contraria a su acción. Él propone y hace ver con transparencia y claridad unas decisiones, que le comprometen también a él. Una de sus motivaciones en lo relacional es el tratar de ser justo, aunque le cueste, buscando en todo momento conocer la realidad conforme es y evitando los excesos de cualquier índole.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
¡Qué pocos líderes éticos conozco Pablo!
Es más frecuente la ética del 'ordeno y mando', apropiarse de ideas ajenas para capitalizar éxitos propios, ninguneando las aportaciones de subordinados y/o colaboradores.
Estoy contigo. Es verdad que el modelo no es el que abunda. Por desgracia todavía tenemos mucho que hacer, por éso es necesario seguir divulgando modelos operativos que cambien al líder de dentro hacia fuera. Necesitamos que los directivos aprendan algo más que lo qué es un fondo de maniobra, las necesidades operativas de financiación o interpretar un balance. Los directivos tiene que caer en la cuenta que el colaborador no es un objeto “depredable”. Si queremos conseguir alinear los objetivos con la misión, necesitamos líderes que generen el clima adecuado para poder trabajar (todos) con calidad y cariño por la actividad encomendada. Se puede hacer un buen trabajo y ser feliz. Los modelos no éticos ya han traído los Enrom, WorldCom y más recientemente las suprime. Esta nueva etapa que se abre en la economía mundial es una oportunidad para crear estructuras éticas, institucionalizando líderes trabajadores, no "supermanes". Gente normal, trabajadora que procura ser competente como directivos y respetando a las personas, conseguir crear riqueza. Ya deben quedar atrás esos líderes carismáticos y visionarios,...nunca creí en ellos.
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